Sábanas para hoteles; específicas para hostelería y contract


1. Introducción a los tejidos de las sábanas para hoteles.

Se denomina tejido textil o tela al tejido en forma de lámina / sábana conformado mediante el cruzamiento y enlace de series de hilos o fibras. Los tejidos más comunes están compuestos por dos series de hilos, longitudinal y transversal; la serie longitudinal se llama urdimbre y la transversal se llama trama.
Urdimbre y trama
Las telas son tejidas en telares, máquinas construidas normalmente en madera o metal, en las que se colocan una serie de hilos longitudinalmente y paralelos (urdimbres), a través de los cuales, una vez tensados y elevados, se pasan los hilos de un extremo al otro (tramas).


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2. Ligamento o estructura de los tejidos.

El término ligamento hace referencia a la manera de entrecruzarse los hilos de urdimbre y trama en cada pasada para formar un tejido determinado. Según su estructura, los tejidos se clasifican en:

2.1 Tejidos planos, llamados también «de urdimbre y trama», comúnmente empleados en la confección de los diferentes tipos de sábanas empleados en el sector hostelero y contract, y que se dividen en varios tipos:

- Ligamento Tafetán: la trama pasa alternativamente por encima y por debajo de cada hilo o conjunto de hilos en que se divide la urdimbre, a modo de un sencillo enrejado. Comúnmente empleado en la confección de sábanas de popelín o popelina (aunque no exclusivo del Tafetán, vease Satén), que son sábanas para hostelería totalmente transpirables y confortables donde se emplea una tela delgada y duradera que presenta un aspecto de fino acanalado, o también, empleado en la confección de sábanas Percal, donde el tejido es plano y mate y en el que los hilos verticales y horizontales se cruzan de forma uniforme y repetitiva, resultando en sábanas firmes y suaves al tacto.

- Ligamento Sarga: la urdimbre se divide en series cortas de hilos (de tres, cuatro o cinco), de los cuales solo uno cubre la trama en la primera pasada y el siguiente hilo en la segunda pasada. Ejemplos de confección: paños o colchas (crepé de sarga).

- Ligamento Raso o Satén: los hilos de la urdimbre se dividen en series mayores que en la sarga. De estos hilos, cada uno solo cubre la trama en la primera pasada; en la siguiente, el tercero saltando uno y así sucesivamente. De aquí resulta que, teniendo la urdimbre pocos enlaces con la trama y siendo ésta de seda, la superficie del tejido de la sábana parece brillante y desliza fácilmente. Este ligamento u orden en que se entrecruzan los hilos es compatible con, una vez mas, el tejido delgado de hilos finos mencionado arriba, llamado Popelín. Este ligamento Satén o Raso es empleado también comunmente en la confección de sábanas para hostelería.

Ligamento o estructura de las sábanas
2.2 Tejidos complejos, con estructura más compleja que los tejidos planos empleados en la confección de sábanas, y empleados habitualmente en otro tipo de ropa de cama como puedan ser las fundas y tapizados de colchón, lencería de baño, etc., como pueden ser los tejidos de pelo, con bucles en la urdimbre y la trama como la pana, terciopelo, rizo y los tejidos como el velour o piqué.

2.3 Tejidos técnicos, como por ejemplo, los empleados en la fabricación de sábanas ignífugas a partir de hilos y tejidos con fibras ignífugas.

2.4 Tejidos de punto como el interlock o raschel, son tejidos más voluminosos y menos elásticos que los tejidos planos unto Raschel se utiliza a menudo en sábanas gruesas, siendo más común su empleo en mantas o plaids.


3. Materiales empleados en la confección de sábanas.

Las sábanas para hostelería pueden estar compuestas de distintos materiales, siendo los más comunes, en cuanto a la composición, el 100% algodón y la mezcla 50% algodón / 50% poliéster.

Normalmente con las telas de algodón se elaboran sábanas, manteles, camisas, ropa laboral, toallas de baño, toda clase de vestidos y ropas infantiles, cortinas, tapicerías. Sin la tela es de lana, normalmente se fabrican abrigos, trajes, faldas, pantalones, chaquetas, capas, mantas. Otro ejemplo sería en empleo de telas de seda para confeccionar blusas, vestidos, camisones, trajes de alta costura y de novia, pañuelos de cuello, corbatas, etc.

Los tejidos de las sábanas tienen como base tres tipos principales de fibras: naturales, sintéticas y artificiales:

3.1 Fibras naturales; son fibras procedentes de plantas o animales, donde el algodón es el rey de las fibras vegetales, pero no de cualquier tipo. Cuanto más largas sean las fibras, mejor. Las sábanas de algodón son las más cotizadas debido a su suavidad al tacto y confort. Están hechas de fibras naturales, permiten la circulación del aire; tienen buena absorción de humedad, pero se arrugan fácilmente y son de difícil planchado. Además, se puede lavar a temperaturas altas y admite muy bien los detergentes y blanqueadores en el lavado. El algodón egipcio es el más emblemático y desde hace un tiempo, el peruano, también denominado algodón pima o supima, le está haciendo la competencia. Si hablamos de fibras animales, la seda en verano es de lo más fresca, pero si sudas mucho, olvídalo porque no absorbe la humedad. Las sábanas de 100% algodón son más suaves, frescas y no irritan la piel en casos de personas alérgicas al poliéster, pero también necesitan más cuidados a la hora del planchado. El agregado de un suavizante en el lavado hace que la tela resulte más agradable al tacto (algodón o mezclas) y facilita el planchado. Otro inconveniente es que el algodón encoge, aunque para evitar que encojan se suele mezclar con otras fibras, como por ejemplo, el poliéster que proporciona mayor resistencia, como veremos en el siguiente punto.

Materiales empleados en la confección de sábanas
3.2 Fibras sintéticas; creadas a partir de procesos químicos. Hoy día los tejidos son muy diferentes respecto a los que se hacían antaño debido a que surgieron nuevas fibras sintéticas, como el nailon (usado normalmente para elaborar forros, confección de medias, ropa interior y corsetería), la fibra de poliéster (la combinación de algodón y poliéster es una mezcla que da muy buen resultado en lencería, toallas de hostelería y ropa de cama, aplicándose a los mismos usos que el algodón 100%, tales como fundas y sábanas), acrílico (tejidos caracterizados por su calidez, empleados comúnmente en la fabricación de mantas, batas de casa, forros de abrigos y gabardinas), poliamida (utiliza también para forrería e incluida en tejidos de pequeñas proporciones para darles caída), viscosa (ropas holgadas y con caída como blusas, pantalones y faldas con vuelo), las cuales mezcladas con las fibras nobles hacen una buena combinación o maridaje. El poliéster es un material sintético y mezclado con el algodón en diferentes proporciones le otorga a las sábanas de hotel durabilidad, la propiedad de arrugarse menos y la facilidad del secado y planchado. A estos parámetros se le suman otros factores tales como los colores, el diseño, el precio y la facilidad del cuidado, factores que siempre deben tomarse en consideración en el momento de efectuar la elección de la lencería de cama. Existe la posibilidad de decantarse por sábanas con una mezcla de algodón con poliéster al 50%, con la ventaja, además del precio, de que se arrugarán menos, pero resultan algo menos suaves y se perderá frescura debido a que las fibras sintéticas, tales como el poliéster o el acrílico, no transpiran bien. Resumiendo, las sábanas de 50% algodón y 50% poliéster son una muy buena opción debido a su relación calidad precio, por lo general son sábanas baratas, fáciles de lavar, de alta durabilidad (resistentes) y se arrugarán menos, pero por la menor absorción de la transpiración, son menos confortables en épocas de calor.

3.3 Fibras artificiales; fibras creadas a partir de materia prima natural y con la intención de brindar soluciones a distintas necesidades de los clientes. Existen telas con fibras de carbono que neutralizan la energía estática del cuerpo, fibras con características que permiten una mayor absorción de calor, otras con aloe vera que brindan suavidad a la piel y sus nutrientes estimulan el crecimiento de las células, así como anti bacterias y anti ácaros que controlan la acumulación de bacterias en las sábanas.


4. Densidad en los tejidos.

El conteo de hilos es la cantidad de hilos tanto verticales (urdimbre o longitudinal) como horizontales (trama o transversal) que existe en una pulgada cuadrada, o lo que viene a coincidir con un cuadrado de tela de 2,54 cm de lado. Puede ser expresada como cantidad de hilos por centímetro o como cantidad de hilos por pulgada, aunque ésta última es la más utilizada.

Veamos el siguiente ejemplo, en las sábanas de 200 hilos el tejido empleado tendrá por ejemplo una combinación de 90 hilos horizontales (trama) y 110 hilos verticales (urdimbre) por pulgada cuadrada, lo que sumados da una densidad de 200 hilos por pulgada cuadrada o 79 hilos por centímetro cuadrado.

Como norma genérica, a mayor cantidad de hilos por unidad de área obtenemos una tela de sábana de hotel de aspecto más compacto, donde no se ve el entramado, es decir, el tejido es más cerrado. El número de hilos por pulgada cuadrada lleva desde hace años siendo la referencia para determinar la calidad de las sábanas, cumpliéndose normalmente la máxima de cuanto mayor sea la densidad, mejor.

En esta cuenta de hilos hay varios factores a tener en cuenta, como son el número de cabos y el grosor de las hebras usadas (también denominado título). El número de cabos es el número de hebras simples entrelazadas para formar un hilo. Un hilo a dos cabos está formado por dos hebras entrelazadas.

El grosor de los hilos que se han usado es otro factor determinante en la las sábanas de calidad; cuando se usan hilos más finos, muchos más caben en una pulgada cuadrada y crean generalmente telas más suaves. Las sábanas hechas de hilos de dos cabos son más fuertes y más durables, pero en contrapartida, más pesadas.

Sin embargo, si unas sábanas tienen muchos hilos pero son de algodón malo, serán pesadas, rígidas y aportarán calor al cliente de su establecimiento hotelero.

La suavidad de una sábana depende en gran medida de la calidad de la fibra, es decir, una sábana de 300 hilos puede aportar una sensación de suavidad mayor frente a una sábana de 400 hilos que ha sido confeccionada con un algodón de grado inferior.

Resumiendo, generalmente en los tejidos de algodón, a más hilos, mejor calidad, que se refleja en suavidad, frescura y apariencia de la sábana resultante.


5. Gramaje / peso de las sábanas.

Como hemos indicado, además del número de hilos, también se debe tener en cuenta su grosor. Una forma de aproximarlo es determinando la masa por unidad de área del tejido. En líneas generales se puede expresar que cuanto mayor es la masa, a igual número de hilos, mayor será su grosor. La masa es uno de los parámetros que fijan el costo de la tela.


6. Sábanas para hoteles; relación entre suavidad, planchado y clima.

Si lo que se busca es una sábana suave, es bueno que cuente con una alta cantidad de hilos pero también que sea de algodón; esta combinación brinda una sensación muy placentera al taparse, pero tiende a arrugarse bastante y requiere de un planchado esmerado. En cambio, si se busca una sábana que sea fácil de planchar y de mayor resistencia, además de que esté confeccionada con materia prima de calidad, necesitamos que tenga algo de poliéster en su composición, para evitar arrugas. En cuanto a la selección del material según el clima, es mejor adquirir sábanas 100% algodón para zonas de clima caluroso, pues como hemos visto es un tejido con mejor transpirabilidad, lo que genera una sensación de frescura. Para climas intermedios o fríos, la mezcla de algodón-poliéster es la más comúnmente empleada.


7. Sábanas blancas y sábanas de color.

Si desea dar un toque de color frente al uso de sábanas blancas, será preferible no escoger colores muy fuertes, pues estos necesitan mayor cantidad de resina para su fijación y puede desmejorar un poco el tacto en sábanas baratas de baja calidad, por lo que los colores más suaves representan una mejor alternativa.


8. Estabilidad dimensional de las sábanas.

Se refiere a las deformaciones, encogimientos y alargamientos que puedan sufrir al ser sometidos a los procesos de lavado a distintas temperaturas y a los de secado. Para que la tela tenga buena estabilidad dimensional, o sea, que no se deforme, conviene que la cantidad de hilos dispuestos longitudinalmente como transversalmente sea la misma.


9. Pilling; formación de bolitas en las sábanas.

El pilling es un fenómeno por el cual durante el uso de las sábanas (debido al rozamiento) se forman en la superficie de los mismos pequeños nudos o bolitas permanentes que desmerecen el aspecto exterior de la sábana. Se produce por el levantamiento de las fibras que componen los tejidos. Su permanencia depende de la resistencia de las fibras empleadas en los tejidos de las sábanas de hostelería.
Pilling o formación de bolitas en las sábanas

10. Sábanas encimeras y sábanas bajeras ajustables.

Existen sábanas encimeras o planas y sábanas ajustables, sábanas bajeras o también llamadas de cajón. Las sábanas encimeras son sábanas rectangulares y planas con un dobladillo superior e inferior. Por el contrario, las sábanas ajustables disponen de un elástico por todo su contorno y son indicadas para ajustarse al colchón y mantenerse en su lugar. El único inconveniente de éstas últimas es que si la sábana ajustable alberga un elástico de baja calidad, tras múltiples lavados y planchados, tenderá a aflojarse.

Las sábanas encimeras no solo se planchan y doblan más fácilmente, lo que se traduce en ahorro de tiempo, sino que además tienen una vida útil promedio mucho más prolongada. El empleo de las sábanas planas aumenta la rotación de las mismas, pudiéndose utilizar cualquiera de ellas para el lugar de la cama que se requiera.


11. Vida útil de las sábanas.

Su vida útil depende básicamente de dos aspectos: la calidad de los tejidos y los cuidados en su lavado. De media, el ciclo de vida de una sábana es de aproximadamente 240 lavados, lo equivalente a un uso de ocho / diez meses en ámbitos hosteleros. Es vital una revisión regular de las sábanas para detectar de forma temprana que no estén sufriendo un lavado de mala calidad, mediante la comparación de sábanas usadas regularmente frente a una sábana nueva a modo de sábana de referencia.


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